Suicidio infantil: un fenómeno complejo y difícil de explicar
Siendo un tabú con numerosas causas, el suicidio infantil es
un tema delicado que muchas veces es difícil de diagnosticar. Apenas
estudiado a nivel internacional, la incidencia del suicidio infantil
parece, sin embargo, haber aumentado en los últimos años.
Definición
Un niño o adolescente suicida es un menor de edad que planea o intenta acabar con su vida.
El término “suicidio infantil” designa el acto por el cual un niño
provoca su propia muerte de manera voluntaria. En la mayoría de los
casos, esto no significa simplemente un deseo de morir, sino que aparece
como el último recurso para escapar de un gran sufrimiento o de una
situación para la cual el niño no encuentra salida.
Un intento de suicidio es definido como un acto –no exitoso- a través
del cual el niño expresa un deseo de lastimarse, poniéndose en peligro,
con la intención de provocar su propia muerte.
Los intentos de suicidio no son siempre intentos fallidos. Muchos son considerados como un intento desesperado de llamar la atención hacia los problemas o sentimientos de maltrato que el niño experimenta.
Los intentos de suicidio no son siempre intentos fallidos. Muchos son considerados como un intento desesperado de llamar la atención hacia los problemas o sentimientos de maltrato que el niño experimenta.
Datos mundiales sobre el suicidio infantil
El suicidio infantil es un tema tabú en la mayoría de países. Aunque
entre adolescentes está siendo crecientemente investigado, hay pocos
estudios científicos acerca del suicidio de niños más pequeños (menores
de 13 años de edad), y no hay datos acerca de la incidencia de este
fenómeno a nivel internacional. Sin embargo, se sabe que las razones que
llevan a los niños a suicidarse son muy diferentes de aquellas que
motivan a los adultos.
El
suicidio infantil a veces es difícil de diagnosticar, ya que los niños
viven tienen mayor dificultad que los adultos para expresar sus
conflictos o su infelicidad. El suicidio de los niños más pequeños es,
además, confundido con o pensado como un accidente: muchas veces
atribuido a apoyarse en las ventanas o cruzar la calle en el momento
equivocado, por ejemplo. Además, la muerte de niños huérfanos y/o los que viven en la calle
ano suelen ser investigadas o siquiera registradas por las autoridades
de algunos países, lo cual dificulta poseer estadísticas o realizar
estudios.
Según algunos de los pocos estudios que existen al respecto -la
mayoría, llevados a cabo en países industrializados-, la mayoría de los
niños que logran suicidarse son generalmente varones, mientras que la
mayoría de los intentos de suicidio son realizados por niñas.
Un estudio realizado en Estados Unidos revela que el suicidio es la cuarta causa de mortalidad
entre niños de 10 a 14 años, y la tercera en niños mayores de 15.
Incluso ha llegado a reportarse el suicidio de un niño de 7 años. Según
dos estudios suizos realizados en 2004 en niños de entre 11 y 15 años, y
de entre 16 y 20 años, aproximadamente el 8% de las niñas y el 3% de
los niños admitieron haber realizado un intento de suicidio al menos una
vez en su vida.
La mayoría de estos estudios observan una tendencia creciente del
suicidio infantil y un incremento en los comportamientos de riesgo que
antes solo era atribuido a los adolescentes.
Causas de suicidio en niños y adolescentes
El
fin de la infancia y el comienzo de la adolescencia suelen ser períodos
difíciles que presentan múltiples desafíos, tales como cambios
hormonales, mayores responsabilidades escolares o laborales o relaciones
personales turbulentas, entre otros, lo cual puede llevar a tener
pensamientos negativos.
Sin embargo, hablar de un único factor precipitante sería incorrecto. Aunque un hecho significativo, tal como la pérdida de un ser querido, divorcio de los padres, mudanzas, agresiones, etc., puedan empujar a un niño a suicidarse, estos suelen ser la gota que colma el vaso. Es entonces preferible hablar de múltiples causas y de circunstancias agravantes.
Factores personales
Los factores más frecuentemente señalados son psicológicos
(depresión, ansiedad, personalidad anti-social…) y comportamentales
(agresividad, abuso de alcohol o drogas).
Factores familiares
El
entorno familiar también juega un importante papel si no logra brindar
al niño una atmósfera suficientemente segura durante todo su
crecimiento. El abandono, la negligencia, el abuso o la pérdida de parámetros culturales (como en el caso de una reubicación forzada)
y la falta de proyectos de futuro, pueden fomentar tendencias suicidas.
En general, el aislamiento social o afectivo es una importante causa de
suicidio.
Otros factores
También deben ser considerados otros factores que acontecen algunas
veces o que son específicos de un país en particular, como la
cyber-dependencia (adicción a videojuegos o internet), acoso en el
colegio o violencia debido a la orientación sexual o por pertenecer a
una minoría.
Por ejemplo, en Japón, donde las autoridades no han logrado controlar
este fenómeno, el maltrato y el acoso escolar fueron responsables por
14 de los 40 suicidios que fueron reportados entre 1999 y 2005.
El caso de las minorías
La tasa de suicidio entre jóvenes en la comunidad india de Brasil, y
de aborígenes en Australia, por ejemplo, es cuatro veces más alta que la
tasa nacional de suicidios de esos países debido a la violencia física y
psicológica, así como a la discrimination social.
Prevención del suicidio infantil
Detectando actitudes suicidas
Detectar y comprender los signos antes de que los niños lleven a cabo
sus impulsos es importante a la hora de tomar las medidas necesarias
para prevenir un suicidio. Los padres y otras personas cercanas al niño
deben prestar atención a su comportamiento y a sus actividades de forma
que sea posible detectar signos que sugieran la presencia de depresión o
pensamientos suicidas.
A continuación observamos una lista de síntomas que podrían ser
preocupantes, especialmente si varios de ellos se manifiestan al mismo
tiempo:
- Trastorno del sueño (dormir mucho o muy poco)
- Pérdida del apetito y/o pesot
- Aislamiento
- Pérdida del interés en las actividades preferidas
- Absentismo escolar
- Agresividad física o psicológica
- Abuso de alcohol o drogas
- Falta de preocupación por la apariencia e higiene
- Correr riesgos innecesarios
- Interés por la muerte
- Envío de mensajes preocupantes por internet
- Malas notas o problemas escolares inusuales
- Dificultad para concentrarse
- Pensamientos negativos respecto de las propias cualidades y logros
- Trastorno del sueño (dormir mucho o muy poco)
- Pérdida del apetito y/o pesot
- Aislamiento
- Pérdida del interés en las actividades preferidas
- Absentismo escolar
- Agresividad física o psicológica
- Abuso de alcohol o drogas
- Falta de preocupación por la apariencia e higiene
- Correr riesgos innecesarios
- Interés por la muerte
- Envío de mensajes preocupantes por internet
- Malas notas o problemas escolares inusuales
- Dificultad para concentrarse
- Pensamientos negativos respecto de las propias cualidades y logros
Pasos a seguir
Lo más importante es la atención de los miembros de la familia y del personal educativo ,
quienes deben apoyar al niño y no descuidar o desacreditar sus
sentimientos y problemas, especialmente si está atravesando un período
estresante o cambios profundos en su vida. Debe hacerse un esfuerzo por
eliminar gradualmente los pensamientos suicidas o comportamientos
destructivos.
Los miembros del personal educativo (maestros,
médicos escolares) deberían ser entrenados para detectar signos de
alarma y responder ante ellos. Aquellos padres que sospechan que su hijo
tiene pensamientos suicidas pueden, en la mayoría de los países,
contactar líneas de ayuda y asesoramiento o consultar sitios en
internet. Los mismos niños pueden usar estos servicios si no encuentran a
nadie cercano a ellos con quien hablar acerca de sus conflictos.
Si los síntomas revelan una situación seria, es importante que el
niño sea asesorado por un médico para determinar si sufre problemas
mentales o comportamentales. Esto debería derivar en un tratamiento
adecuado: tratamiento psicológico o psiquiátrico, prescripción de
medicación y, de ser necesario, internación hospitalaria.
Traducido por: Daniela Dimov
Corregido por: María Paba
Corregido por: María Paba
Suicidio Infantil
Amarantha Vázquez
miércoles, 30 de octubre de 2013